18 julio 2011

Imperfectamente perfecta.

Si me pinchas, sangro; cuando me emociono, lloro; si estoy con las personas importante de mi vida, soy feliz.
Me encanta la naturaleza, e intento cuidarla, aunque a veces yo misma me descuide. Y me encanta subir montañas y recorrer un valle, o un lago o lo que sea, pero soy gandula y me cuesta arrancar.
Cuido de los míos: les ayudo, les animo, le hago reir (o lo intento), le protejo, y siempre estoy a su lado, pero alguna vez he fallado. En esos momento pido disculpas, rectifico mis errores y vuelvo a mi lugar.
Soy agradable, simpática, guapa no, pero sí bonita, estoy majareta como las mejores personas, fiel, guarda-secretos profesional y graciosa, pero si me enfado tengo mala leche para dar y regalar, tengo muchísimo genio, soy cabezota y odio dar la razón a los demás. De vez en cuando se me escapa alguna cosilla que no debiera, pero nunca nada importante, mis chistes son malos y pocas personas saben ver mi calma aparente y me aguantan cuando me pongo borde o pasivo-agresiva.
No soy perfecta, ¡NI MUCHO MENOS! Pero pertenezco a una especie en peligro de extinción.

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