23 mayo 2012

Gracias por lo que un día me diste.

Te escribo, aunque sé a ciencia cierta que para cuando te des cuenta ya no estaré ahí. Sin embargo, eso dará igual, porque hace meses que ya ninguno estamos ahí; hace meses que todo termino. Recuerdo esa promesa, que no dejaríamos que aquello pudiera con nosotros, porque eramos amigos, buenos amigos. En cambio todo salió al revés. A día de hoy ya ni nos saludamos.
Pese a todo quiero decirte unas cosas. Quiero darte las gracias, porque realmente fui la persona más feliz del mundo durante ese corto período de tiempo, por todos lo que pasó, lo que soñabamos, las risas y los llantos finales. Quiero decirte que no te guardo rencor.
Ahora mismo puedo leer las cosas que nos decíamos y sonreír porque son buenos recuerdos que no causan ningún sentimiento en mi. Son recuerdos que van a perdurar en mi memoria de manera agradable, hasta que, simplemente los deseche, y aún así, creo que no podría olvidarlo del todo.
Desde el fondo de mi corazón, de verdad espero que seas feliz y que todo te salga bien, que todos eso que un día soñaste se haga realidad. Sé que llegarás a ser un gran hombre, un gran médico.
Y ya no quiero demorarme más, pues 'pasado pisado' .

Buena suerte, aunque sé que dices que es para los perdedores, todos la necesitamos alguna vez.

Nice to meet you.

17 mayo 2012

Me gusta.

Porque sus besos son como un vicio: adictivo, porque van en pequeñas dosis, intensas, pero pequeñas. Porque me acelera el pulso y me sube la adrenalina. Porque nada tiene sentido, ni le hace falta explicación. Porque provoca fanatismo, me hace sentir libre pero nunca me libera. Porque la palabra clave es: improvisación. Porque es irremediable, incurable e increíble. Porque proporciona paz y tranquilidad en mi infierno personal. Porque siempre está a la vuelta de la esquina, por y para mi. Porque por cada sonrisa mia siempre tiene el doble que regalarme.
Me gusta porque me produce locura, una dulce locura.

07 mayo 2012

Grítame todo lo que no quiero oír.

Todos mis defectos, las cosas que no soportas de mí. Enfádate conmigo, dime que soy una niñata mimada y quejica, que a ver si un día maduro. Échame en cara las veces que he hecho que te sientas mal. Dime todo lo que la gente nunca se atreve a decir a los demás. Dime lo que realmente piensas sobre mi.
Pero después de eso, hazme un favor, solo uno. Di que me quieres pese a todas las verdades que me has gritado. Solamente di "te quiero".

03 mayo 2012

El corazón es infinito .

En el fondo hay cosas que nunca llegarás a decir por miedo. En realidad todos somos un poco cobardes cuando se trata de decir algo que nos importa demasiado. Porque las cosas que importan de verdad son las que se dicen con una mirada, un gesto, una sonrisa. Incluso hay veces que sin tener lo que quieres, te da miedo perderlo. Pero todo ocurre cuando menos te lo esperas, como por arte de magia, sea a bien o a mal, y te das cuenta de que nada depende de ti, que también depende de otros.
Que las cosas no tienen valor por sí solas, serán importantes en la medida que tú les des importancia.

Volar, asusta .

Mejor, déjate las tonterías. ¡Salta al vacío del mundo! Arriésgate a ser feliz. Que nada te detenga, que las piedras te teman y se aparten de tu camino. No dejes de avanzar, solo descansa de vez en cuando y continúa la carrera hacia lo mejor. Pelea por lo que quieres. Lucha por lo que deseas. Consigue lo que amas. Si alguien pretende detenerte, enséñale que nada te hará rendirte. Ríe, llora, sufre, sé feliz, disfruta, equivócate, corrige tus errores, no controles, controla tus acciones, sáltate las reglas, derriba muros, asalta corazones, derrama lágrimas, reparte sonrisas, acaricia, besa, abraza, corre, huye, enfréntate a tus miedos, inventa, imagina, sueña, realiza.
Y que no se te olvide hacerlo todo de corazón, porque ahí es donde están tus miedos y la fuerza para superarlos.

Es lo que me apetece hacer.

Voy a morderte los labios a cada milésima de segundo. Voy a calvar mi mirada en la tuya hasta adivinar tus pensamientos. Te demostraré lo mucho que te quiero y lo que me importas. Mandaré a mis labios de excursión por tus orejas susurrando palabras sin sonido. Pararé el reloj, no importa la hora que sea; si es de día o de noche, eso da igual. Lo único que importa somos tú y yo. Te propongo algo: sube conmigo a esa montaña rusa cuyo ritmo va marcado por los latidos de mi pecho, ascendiendo y descendiendo, acompasándose al tuyo; donde lo único que podemos hacer es dejarnos llevar; donde voy a quererte hasta la última letra de tu nombre.