28 agosto 2018

(P)ara cuando se te olvide.

Solo quiero recordarte algo, para cuando tengas nubes encima y no puedas ver las cosas con claridad.
Quiero recordarte lo maravillosa que eres: no he conocido nunca a nadie con tanta luz y con tantas ganas de brillar. Que desde que estás conmigo nunca has dejado que me faltara y me has llenado de vida con tus tonterías, tus gritos y tus ganas de todo. Incluso aunque tuvieras tus propias nubes encima, nunca te falta luz ni ganas de darle un poquito a quienes la puedan necesitar. Siempre en pie de guerra contra quienes nos hagan o nos hayan hecho daño y preparada para proteger a quien haga falta.
Que eres lo mejor que me ha pasado en muchísimo tiempo, que no te haces una idea de cuánto te quiero y lo importante que eres. Y creo que puedo hablar en nombre de algunos más cuando digo que nos alegras la vida. Aunque nos gruñamos y nos quejemos la una de la otra, los hermanos se pelean constantemente y se quieren como nadie. Sabes lo que opino sobre las almas gemelas, que uno no tiene solo una en la vida. Y sabes que pensaba que había encontrado mi principal alma gemela, pero tengo que darte las gracias, por demostrarme que me equivocaba, que si alguna vez he estado o estoy en sintonía con alguien, no va a ser ni la mitad de real como lo es contigo. 
Ojalá pudieras verte como te vemos nosotros, tan bonita, con todas esas ganas de comerte a la vida por los pies que hacen que los demás también queramos hacerlo y nos creamos capaces de todo. Eso es lo que aportas y lo que aportas, vida y ganas de vivir. Desde el gesto más pequeño a la locura más grande que hayas hecho, aunque los demás te hayamos querido parar los pies, todo lo que haces, lo haces de corazón, y no hay nada más importante que hacer las cosas así: de la manera más pura posible.
Así que gracias, por todas estas cosas, por aparecer en el momento justo y no haberte ido incluso cuando has visto lo peor de mí. Por darme tanta luz y tanta vida, contagiándome tus ganas de vivir. Por hacerme tan feliz simplemente haciendo ruiditos. Por darme alas y hacerme libre, y por ser un hogar al que ir cuando el corazón y la cabeza me piden descanso. Me faltan vidas para decirte todo lo que tengo que decirte y hacerte ver todo lo que le has significado a este desastre que has ayudado a ordenar.

Y cuando me vaya, que tengas esto, que no olvides que te quiero, te adoro y te amo como a nadie en el universo. Que te voy a echar tanto de menos que me duele el alma, no lo dudes ni un segundo. Y que pase lo que pase, esté dónde esté, prefiero verte que ganar la guerra.

26 abril 2018

Qué suerte quererte.

Qué suerte habernos encontrado, teníamos que hacerlo. Y podemos llamarlo como quieras, suerte, destino, universo o casualidad. Bendita casualidad de estar justo donde teníamos que estar al mismo tiempo, que empezáramos a hablar y te colaras en pleno caos hasta un rinconcito que hiciste tuyo sin que me diera cuenta. Qué caprichoso el destino que nos tenía la broma preparada y no supe verla venir, pero qué gracioso que todo empezara sin saberlo, aunque ya se oyeran voces. Y había que hacerles caso, claro.
Qué bonito que te quedases conmigo y me dieras tanta luz ante los demás, ante las cosas, ante mí misma, y que siguieras ahí por encima de cualquier cosa. Qué bien que eras mi mejor amigo y siempre has sabido quererme bien, dándome alas para volar en todos los sentidos y animándome a ello, haciendo palpable la seguridad de que hay un sitio al que volver y quedarme sin miedo.
Qué bonita también la impulsividad que nos lleva a hacer cosas sin sentido, siguiendo de la manera más pura al corazón, sin importar lo lejos que esté el motivo que lo hace latir. Que todo lo que hagamos siguiéndolo, estará bien hecho, me has dicho alguna vez. Y qué razón. Y  qué suerte que lo escuché; qué suerte que llovió y no me viste aparecer.
Qué bien que nos llevara casi un año y ahora pueda ver tan claro que el camino nos estaba llevando justo a donde teníamos que estar. Y que en un segundo, mientras el mundo se paraba y giraba a nuestro alrededor, me llenara la certeza de que no podía ser de otra manera. Qué casualidad o qué oportunidad más bonita, ¿no crees? de que me conozcas mejor, de hacerte feliz, de que me quites los miedos, te bese las heridas y nos enamoremos sin parar. Qué suerte haberte encontrado, como si estuviera escrito, inevitable e imparable como una tormenta.
Y qué suerte que estemos aquí, qué suerte lo bien que ha salido todo, qué bien que seas el único motivo por el que no me jodería darle la razón a los demás. Qué suerte poder acompañarte en todo y ver lo grande que eres. Qué suerte que podamos ser grandes juntos y ser el empujón que nos falte en los días nublados. Qué suerte tenerte y que no me dejes caer. Qué suerte que me hayas quitado los miedos con cada beso y todo sea tan puro. Qué suerte estar enamorándome de ti. Qué suerte que seas tú. Qué suerte quererte.

04 abril 2018

Que el mundo piense lo que quiera.

Siempre ha sido así y no ha importado, menos lo va a hacer ahora. Y tampoco serviría de nada, porque no es algo que se pueda cambiar: la gente habla, dirán que hiciste esto o aquello, o que no lo hiciste, que somos una cosa o la otra, y se inventarán mil cosas.
Pero no saben que por cada una de la que hablan, han pasado diecisiete que en realidad no saben.
No saben lo que pasa por tu cabeza, la indecisión tras cada cosa que haces y lo que tienes que luchar por conseguir las cosas, contra ti mismo sobretodo. No saben lo que te cuesta levantarte a las 7 de la mañana para hacer lo que tienes que hacer, las pocas veces que lo cumples y lo mucho que te enfadas por eso. No saben que por mucho que intentes hacer bien y salvar el mundo, cuando te equivocas te pesa mil veces más. Ni que la primera que se decepciona contigo eres tú, y lo último que quieres es que los demás se sientan así, aunque sea por encima de ti misma. Menos aún son conscientes de que cuando dices que a ti lo que quieran, pero que no toquen a los tuyos, que no respondes. Porque no saben que la gente que te rodea de cerca eres toda tú.
No saben las cosas que te llenan, las que te ponen triste o las que te hacen llorar, de alegría o de tristeza. Que te vale más una charla tranquila aunque sea de nada y de todo a la vez, un sábado noche en el coche, antes que una noche de fiesta. Que un abrazo siempre está bien, pero un beso te llega al corazón. No saben lo que te cuesta en realidad abrir el corazón a alguien, aunque seas por fuera un libro abierto. Ni saben que a la gente que quieres le perdonarías lo que fuera sin pensarlo, pero que has aprendido que la primera en la que tienes que pensar es en ti, y que dejar ir a veces es lo mejor.
No saben nada de ti, así que vive. Vive por todas las cosas que no saben ni quieren saber, por las cosas que dicen y piensan. Vive por mamá, que te vea feliz, por papá, que esté orgulloso, y por la peque, que tenga un ejemplo a seguir.
Vive por ti, porque nadie lo va a hacer por ti y eso es lo único que cuenta. La gente que te quiere bien te querrá así, y el resto del mundo, que piense lo que quiera.

22 marzo 2018

Libre y tuya.

Volar tan alto que se haga de noche, que no haya viento, por encima de las nubes. Tan lejos que nadie sepa quién soy, que no reconozca el idioma y todo parezca otro mundo. Y tan rápido que pueda dejar atrás cualquier cadena y evitar las zarzas que quieran atraparme.

Y volver. Volver solo donde quepan mis alas, donde no tenga que encogerlas ni esconderlas. Donde no les tengan miedo y las entiendan; donde haya tanto espacio y seguridad que pueda volar sin lanzarme a ello por los aires, solo caminando tranquila. Volver al abrazo de quien no las aprieta con fuerza, no las esquiva, no las evita o las ignora, sino que las acaricia y admira su potencial, su poder.

Por eso, quiéreme libre, sin jaulas, sin ataduras y sin explicaciones. Quiéreme en lo más alto y en lo más lejos, cuando no me veas ni sepas si voy a volver. Quiéreme entendiendo que allá donde esté, me guía el corazón, y nada que hagamos siguiéndolo estará mal hecho. Quiéreme sabiendo que cuanto más alto y más lejos llegue, más feliz seré. Quiéreme así, bien, y volveré: volveré a tus brazos y me quedaré en ellos tan cómoda y tan segura como entre las nubes.

Quiéreme libre, y seré tuya.

01 marzo 2018

Hace frío.

Hace frío. Y no es solo que sea invierno, y que la humedad se le cuele por la ropa y haya que aguantarlo. 

Hace frío porque al llegar a casa el silencio es la única bienvenida que recibes. Y al ir a dormir, la cama nunca había estado tan fría, tan grande y tan vacía. Sin tener que dejar un hueco, sin la lucha eterna por el control de las mantas, que sabes que está perdida desde el primer momento y no te importa, porque es una excusa perfecta para pasar la noche abrazados.

Hace frío por la mañana, cuando los buenos días que recibes son del despertador. Cuando se cuela un pequeño rayo de sol por la ventana y sabes que no hay nadie que la abra para que entre más y lo salude. Cuando no te llega el olor a café recién hecho, que tú sabes que no le gusta, que solo lo hace para ti. Cuando no hay nadie que te retenga cinco minutos más porque no os vais a ver en todo el día y te va a echar de menos.

Hace frío los fines de semana, sin discusiones sobre qué serie ver, sobre si una película es mejor que otra, sobre qué pedir para cenar, porque estáis tan a gusto abrazados que duele perder hasta un segundo sin estar ahí. Hace frío en el cajón de los juegos de mesa que tristes empiezan a llenarse de polvo. Hace frío los domingos por la tarde, cuando el hueco del sofá está vacío, no hay dos tazas de té en la mesa y solo queda una manta con la que taparse.

Hace frío sin las guerras de cosquillas, sin las miradas cómplices ni las carreras torpes por el pasillo, ansiando llegar a la cama mientras dejáis un rastro de caos y ropa por el camino. Y en su hueco de la cama, en la ausencia de esas curvas donde te has perdido tantas veces que tus manos podrían dibujarlas de memoria, y donde tus labios han dejado tantos besos. Hace frío al ver que puedes localizar todos sus lunares, pero ya no tienes el mapa donde hacerlo.

Vaya que si hace frío.

02 febrero 2018

Declaración de intenciones.



No vengo a prometer ni a jurar eternidades ni cuentos vacíos, vengo con hechos y actos que sé que puedo conseguir, cosas que puedo (y que voy a) hacer. Y a avisarte de algunas cosas.


Por ejemplo,

que no quiero que me digas, me prometas y me jures mil cosas, si no que demuestres lo que sientes. No quiero que nos veamos todos los días, si no que cada uno tenga sus cosas, haga lo que quiera y al final del día tengamos qué contarnos. Y tal vez un día tras varios sin vernos me digas de tomar algo porque no aguantas más sin darme un beso, y que no haga falta que me digas eso porque sabes que en cuanto me veas y me beses, lo voy a saber.


Que tengas tu vida, que hagas tus cosas, tus amigos, tus viajes y tus movidas. Que salgamos de fiesta por separado, que salgas con tus amigos, que te emborraches y quieras tontear con otras chicas, pero que al final de la noche me busques para terminar juntos, o me mandes mensajes a las tantas porque te has acordado de mí entre risa y risa o volviendo a casa solo en taxi, queriendo que al llegar a casa te esté esperando. Y que me lo cuentes todo al día siguiente de resaca tomando algo tranquilamente. Pero tambien, que cuando salgamos juntos, te lo pases tan bien como con ellos, que hagamos demasiadas tonterías de las que nos podamos reír al día siguiente.


Quiero que estemos una tarde tomándonos algo con amigos, nos pongamos ojitos, nos demos un par de besos, y que no aguantes más sin meterme mano y me lleves a un rincón disimulando mal las ganas que nos tenemos. Que nos riamos mientras lo hacemos intentando cualquier cosa nueva en cualquier sitio nuevo, tal vez porque no tenga sentido o porque no consigo mantenerme en silencio y nos pueden escuchar. Y que no te dé miedo, porque sabes que yo tendré las mismas ganas que tú y no tardaré en seguirte el juego.


Que hagamos mil planes aunque luego no salgan, pero que tengamos esas ganas y no nos cansemos nunca. Quiero ser esa amiga con la que sabes que puedes contar siempre para hablar de lo que sea, para hacer lo que sea; que te seguiría hasta a la mayor locura que se te ocurra y que te dará alas para conseguirla, o te frenará para que no te estrelles. Y que dejes de quererme para volver a enamorarte de mí una y otra vez.


Por mi parte, no voy a dejar de decirte que te quiero, aunque ambos sepamos que sobran las palabras. Y voy a tener días malos en los que no quiera saber nada de nadie, en los que no entiendas que me enfade y te gruña, o días en los que no quiera verte, en los que quiera salir sola a hacer mis cosas; días en los que tenga dudas, o no sepa lo que quiero en la vida. Pero que se me pase y me llene de seguridad porque al final del día hayas encontrado un hueco por el que colarte para recordarme que estás ahí sin importar qué locura se haya apoderado de mí y desaparezca la tormenta que tenga dentro.
Tampoco voy a dejar de imaginar y querer mil cosas contigo, porque no sé hacerlo de otra manera, te guste o no.


Esto es lo que hay.

10 enero 2018

Metaforeando.

"Ella tiene una pierna rota;
si la bufanda se enfada, ella tiene la muleta para seguir andando.
Pero si la muleta se enfada, está jodida."

Puedes enfadarte, llorar y gritar cuanto quieras, pero recuerda las cosas importantes y no dejes que las pequeñeces te lleven a la locura.

Sé consciente.

09 enero 2018

Enhorabuena.

Hola, pequeña. Hace a penas cuatro meses que pasaste por aquí, y no sabes todo lo que ha cambiado.
Me gustaría decirte que aguantes, que al final todo va a estar bien, y que mirándolo todo desde este punto, no todo es tan malo. Sí, ha sido uno de los peores años hasta ahora, a muchos niveles, pero te prometo que no va a acabar tan mal, y que el siguiente empieza bastante bien. 
Has encontrado gente muy buena que te va a salvar y te va a ayudar a terminar de salir del pozo, pozo, por cierto, en el que te has metido tú sola.
Ojalá pudiera volver a ti y asegurarte que no todo es tan malo, que puedes llorar y odiarlo todo, pero en realidad tienes veinte cosas buenas por cada mala. Que no hay mal que por bien no venga, y es jodido, pero es verdad, al final lo vas a ver, y poco a poco vas a aprender todo lo que tienes dentro y todo lo bonito de la vida.
Has aprendido que todo es cuestión de actitud, que por mal que estén las cosas, eres más fuerte que eso, y vas a mejorar tu resiliencia. Parece mentira, lo sé, teniendo en cuenta el caos que has sido, y lo que te queda, pero no se acaba el mundo, viene un nuevo año, con gente nueva, actitudes nuevas y nueva energía. Y antes o después, en una cosa u otra, vas a conseguir lo que quieres. Pero tienes que ponerte las pilas, has perdido mucho tiempo.
Te has encontrado y reencontrado con gente, que ojalá pudiera dejarte echar un vistazo a lo increíbles que son: Vic, Patri, Alex, tramolimitris siguen a tu lado, sin importar lo que pase, siempre, Dani te recuerda todos los días que luches por tu sueño; escúchalos a ambos, porque vas a tener arrebatos y ellos te conocen bien, hazle caso a Miriam, que sabe lo que dice aunque te pongas cabezon, al final te vas a dar cuenta. No te olvides de ellos. Tus hermanos siguen partiéndose la cara con quien haga falta por ti. Y ah, sorpresa, sé que pensabas que no volverías a sentir esas "mariposas", que ibas a tardar mucho en volver a ilusionarte. Y sabe dios lo que te ha costado volver a dejar que te quieran, te has llevado a alguien por delante hasta que has aprendido de verdad que primero tienes que quererte tú, espero que no se nos vuelva a olvidar nunca, porque él no se merecía eso, y os habéis equivocado los dos. Pero sí, alguien aparece, y no es nada parecido a lo que has encontrado antes, al menos no en lo esencial. Y poco a poco todo va a ir bien, te lo prometo, al menos de momento, lo suficiente para quitarte el escudo y recordarte lo maravilloso que es el amor y equilibrarte las energías otra vez. Y te va a seguir dando miedo, pero déjalo fluir, no hay que forzar las cosas.
Y Patri, ay, Patri, ojalá la hubiéramos encontrado antes, es lo más bonito que el universo ha puesto ante nosotras, tiene una energía tan bonita, y te va a ayudar tanto a mejorar, que es que ni se lo imagina, ni tú. Y a Vic, cuídalo, porque va a ser alguien importante, no lo sabes bien, no dejes pasar muchos días sin hablar con él, va a necesitar tus ánimos y tú necesitarás su consejo.
También has dejado gente atrás, intenta mantenerte en contacto, pero no lo fuerces, las cosas van como tienen que ir, si alguien quiere quedarse, hará por quedarse, no vayas siempre detrás de alguien que no quiere quedarse.
Y que no se nos vuelva a olvidar que el amor no es sobre cambiar y pedir, que las cosas se solucionan hablando siempre, pero no en caliente ni varios meses después.
Así que enhorabuena, has mejorado tantísimo que lloro de pensarlo, estoy muy orgullosa de los cambios, ahora toca mantenerlos en el tiempo y poner todo lo que tienes y todo lo que eres en ello, en luchar por lo que quieres y no dejarte caer tanto otra vez. Aunque lo agradezco, haber estado tan abajo y haber salido, aún con las heridas, recordatorios necesarios, ha sido una gran lucha contigo misma sobretodo, pero puedes estar orgullosa. No sabes lo bien que estamos ahora, mejor que nunca, podríamos decir sin riesgo a equivocarnos, y es bien fácil el porqué: porque lo he conseguido por mí misma, ser feliz, aprender todo lo que has aprendido, al final era verdad que había que hacerlo sola, y cuando lo hiciste, no sabes cómo cambió todo.
Lo estás haciendo muy bien.