19 noviembre 2012

A friend can save a life.

Esas personas que nos soportan cuando somos pesados, que nos hacen reír cuando menos lo esperamos y más lo necesitamos, que nos dicen lo que no hacemos bien, nos ayudan a corregirlo y nos hacen ser mejores. Esas personas que aunque no las veas siempre están ahí dando follón, que siempre tienen tiempo para escucharte, que confían en ti y que siguen a tu lado a pesar de tus secretos. Esas personas que han estado ahí para decirnos: "no estás solo" y han demostrado tal cosa. Esas personas que hacen que el día a día se nos haga más llevadero, que siempre llegan a tiempo para sacarnos del pozo más hondo, limpiarnos el polvo de la caída y darnos un empujón para que sigamos adelante. Las personas que nos han visto llorar amargamente y reír eufóricamente, las que saben nuestros secretos más oscuros y soportan la carga con nosotros. Esas personas que se suelen llamar amigos.
 Poca gente sabe que hay noches eternas en las que lloramos, destrozamos lo que tenemos a mano, nos acosan las pesadillas o simplemente nos quedamos tumbados sin poder dormir porque tenemos miedo. Poca gente sabe lo que guardamos dentro de nosotros mismos, de lo que somos capaces de hacer por un ataque de ira, desesperación, amor o cualquier sentimiento que nos pueda llevar a la locura. Cuando ésta llega a nuestro cerebro y no nos deja razonar es cuando deberíamos tener miedo de lo que pueda pasar, pues podemos perder la razón y actuar de manera irremediable y hacer algo cobarde e insensato. Y sólo esas personas pueden luchar contra la locura y ayudarnos a salir del agujero negro, pues el que se enfrente a ésta encontrándose solo y abandonado, puede darse por perdido.
 Aunque a veces la persona que nos va a ayudar cuando más lo necesitamos sea, tal vez, la que menos esperábamos. Quizá sea alguien que te pregunta inocentemente cómo estás y acaba escuchándote y dándote ánimos mejor que nadie. Quizá podría ser alguien a quien acabas de conocer o que conoces de hace tiempo pero nunca has tenido la confianza suficiente de hablar a nivel personal que él. No tiene por qué ser tu amigo de toda la vida o alguien que te ve todos los días. Alguien que ha sido capaz de romper las barreras que te has pueso a tí mismo, ha visto lo que hay dentro y se ha parado a arreglarlo.

 Todo el mundo necesita un amigo, aunque sea sólo uno, que lo salve de la locura; que le salve la vida.

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